jueves, 6 de marzo de 2008

PELIGROS DE UN DIOS MANIPULADOR

Luthier de mi intelecto
de maderos toscamente inquebrantables
hechizan en eternas vidas sus ensueños.
Como esa magnum que manipula el raciocinio
cada paso desvía ésta su carga
y afila su ignorancia el martillero.
La figura resalta en la demencia
del homicida que ejecuta su instrumento,
una mueca, una oreja, una vehemente pasión
atornillándose a ese banco de pruebas del artista soñador,
de ese gran luthier, luthier de estos lamentos,
luthier de esta romanza, manipulador del corazón
y las palabras.

Fernando Vera

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